Hora de nuevo liderazgo

El Cambio Climático constituye una profunda interpelación al Poder. ¿Cuán responsables, éticos y efectivos están siendo los líderes? Ante este enorme desafío planetario, el liderazgo tradicional –a menudo con un estilo arrogante de mando y control, que exhibe un exceso de confianza, y que pregona el miedo como axioma– se muestra incapaz y con resultados insuficientes.

Más allá de algunos avances, la mayor concientización y declaraciones de intereses, es importante comprender que mitigar el calentamiento global es una labor difícil que requiere de esfuerzos como cambio de hábitos, prioridades, inversiones e innovación tecnológica. Destacamos dos acciones ineludibles en este camino: comprender la dinámica del escenario geopolítico actual y la necesidad de desarrollar nuevas habilidades de liderazgo enfocadas en la ética, la responsabilidad y los resultados. Es decir, apuntar a gestionar los procesos productivos y la comunicación institucional desde un concepto de sustentabilidad con triple impacto: en el medio ambiente, en las comunidades y en los públicos internos, con miradas de mediano y largo plazo.

Por ello es que las denominadas Empresas B o B Corporations se diferencian de otras compañías por su compromiso en perseguir además del beneficio económico, el beneficio social y ambiental. Las empresas B –que abarcan a negocios de múltiples segmentos productivos– operan con altos estándares de gestión y transparencia y los aportes a causas sociales y ambientales son centrales dentro de sus objetivos.

El Informe Global Trends 2040 de la Oficina Nacional de Inteligencia de Estados Unidos señala: “La estabilidad a largo plazo continúa en peligro por los crecientes desafíos climáticos que son ignorados en favor de ganancias económicas a corto plazo”. En su análisis sobre el medioambiente, advierte: “Las innovaciones tecnológicas y la prosperidad económica adormecen a los líderes haciéndoles creer que pueden posponer las decisiones difíciles”.

En este sentido, es evidente que la transición verde es compleja por su multicausalidad y dimensionalidad. Por lo que requiere de un nuevo liderazgo valiente que sea capaz de llevar acciones verdaderamente transformadoras, con el compromiso de Estados Unidos, la República Popular China, la Unión Europea, Rusia, Brasil e India; en simultáneo. Sin un acuerdo y acciones concretas del conjunto de estos países será difícil avanzar. 

Este liderazgo con valentía demanda un tipo de liderazgo llamado resonante, que resulte capaz de armar equipos de trabajo altamente especializados con una mirada integradora, dinámicos para gestionar el cambio y diseñar futuro.

Ahora bien, ¿cómo alcanzar el consenso y lograr medidas significativas? Claramente, no existen fórmulas, sin embargo, destacamos algunas capacidades hacia el futuro que consideramos esenciales para aquellos líderes que protagonicen la transformación. Tanto desde los gobiernos, árbitros del partido, como del sector privado, los competidores y protagonistas del cambio. 

Reflexión estratégica: ¿piensan los líderes lo suficiente acerca de lo que hacen? ¿Analizan el contexto y planifican sus mensajes antes de actuar, con la profundidad que la realidad exige? Muchos líderes, en diferentes ámbitos, se rodean de asesores que les adulan en exceso. Sin embargo, la experiencia indica que, para poder ser efectivos, deben esforzarse en buscar apoyo en profesionales que les ayuden a detectar nuevas posibilidades y áreas de mejora concretas. La reflexión y la indagación continua son tan importantes como las acciones en sí mismas. Para ejercer el liderazgo en estos tiempos, resulta imprescindible entrenar nuevas habilidades y una actitud de aprendizaje constante, integrando las visiones del otro. 

La escucha activa, motor de la confianza. ¿Cómo construyen los líderes la confianza necesaria para llevar a cabo sus acciones? A través de habilidades político-directivas y comunicacionales, mientras cumplen sus promesas. ¿Qué significa esto? Que los líderes puedan desarrollar la capacidad de escucha, una de las cualidades más importantes e, increíblemente, escasa en las organizaciones.

Foco en la efectividad. Muchos líderes suelen confundir la confianza (confidence) con ser competentes (competence). Creen que ejercer el poder es exhibir un exceso de confianza (overconfidence) y tienden a la arrogancia como si fuera una virtud, cuando paradójicamente hoy la sociedad demanda personas humildes, menos vociferantes, sobre todo, competentes (que logren resultados). La generación de confianza es clave, y para ello hay que alcanzar los resultados planteados (sin prometer de más, ni de menos, o rectificar y explicar lo que se hace o no). 

La Opinión Pública demanda efectividad, no discursos vacíos, ni poses, o quejas constantes. Y ser competentes significa hoy reducir las emisiones de carbono y contribuir al bien común. La Opinión Pública será quien active o no los procesos de legitimación necesarios para ingresar a la arena pública.

Los espacios vacíos se ocupan. La Unión Europea tiene la oportunidad de profundizar su transición ecológica y transformarse en un superpoder verde. Frente a un Estados Unidos sin deseo –ni capacidad– de liderar el sistema multilateral, que continuará apoyando sin ser cabeza del mismo; y ante China creciendo rápidamente hacia adentro, con una velocidad propia para la transición verde (que sabe es ineludible); la Unión Europea puede asumir su papel y ser referente mundial, recuperando así su influencia en el mundo. En definitiva, la transparencia, la credibilidad y la integridad son algunos de los pilares claves del prestigio y de la reputación que Joseph Nye ha definido como “poder blando”. 

El filósofo alemán Ulrich Beck (1944-2015) refería al término de Modernidad Reflexiva, es decir, comunidades capaces de reflexionar para mejorar sus propias condiciones de existencia. Entonces, este liderazgo ético, de amplia resonancia en sus comunidades, deja de lado los conceptos de Utopía, como aquellos futuros ideales que traccionaron generaciones enteras, o de Distopía, como imágenes de todo lo disfuncional que pudiera suceder. Y emprende el trabajo cotidiano por la Protopía, es decir, el diseño de futuros posibles, en entornos cuidados con mayor escala humana.

Si el nuevo liderazgo ético y centrado en los resultados comienza a actuar en conjunto, de forma más coordinada, podría emerger de la crisis climática un mundo mejor. Ese sería el mejor negocio para todos.